Detrás de una mujer emprendedora hay una historia de lucha

Actualmente se estima que en el país hay 400.000 representantes de venta directa, de esas el 90% son emprendedoras mujeres.

Quito, noviembre 2021

María Eugenia Molina, tiene 49 años y lleva 20 de ellos siendo representante de Avon Ecuador, lo que empezó como una fuente de ingresos dignos, básicamente para dar soporte a un hogar con una hija recién nacida, se volvió poco a poco en un generador importante de recursos económicos en su familia, que le han permitido poco a poco cumplir sus sueños, como el poder darle una educación universitaria a su hija, que estudia psicología clínica en una de las mejores universidades del país, ha podido comprar su casa que actualmente está amoblando, ha viajado por todo el Ecuador y ha conocido algunos países del mundo, pero sobre todo, tiene la tranquilidad de tener un futuro asegurado. 

Al preguntarle cómo fueron sus inicios en la venta directa de productos Avon, nos comenta que fue gracias a una amiga que inicialmente le vendía los productos, quiso entender un poco más sobre los beneficios de este modelo de negocio y se dio cuenta que el poder manejar su propio horario era una gran oportunidad, ya que tenía una hija recién nacida que necesitaba mucho de su tiempo, además, administraba una tienda de barrio que usó también como lugar para ofrecer a sus clientes los productos Avon. Su esposo, al comienzo un poco incrédulo, le pedía que deje de trabajar en la venta directa, que se enfoque en la tienda, pero ella tenía la intuición de que iba a llegar lejos y así fue. Se puso como meta generar mensualmente cada vez más ingresos, al poco tiempo y con mucho trabajo, sus ganancias superaron los ingresos de la tienda. De esa manera ya tenía claro lo que quería, sería una de las mejores vendedoras de Avon en Ecuador. 

En él país la facturación anual por concepto de la venta directa representa 800 millones de dólares moviendo las categorías de: Cosméticos, suplementos nutricionales, bisutería, ropa, calzado, artículos de hogar y de bienestar personal.

Como toda persona exitosa reconoce que para poder cumplir las metas lo importante es trabajar mucho, ser responsable e inteligente en el uso del dinero (ahorrar para los momentos de vacas flacas y ser recatado en los períodos de vacas gordas), entender las necesidades de las personas, sin prejuicios, muchos de sus clientes son hombres que compran maquillaje para su uso, y muchas mujeres solo compran sus productos para arreglarse en fechas especiales. 

“En la venta directa lo mejor es preferiblemente enfocarse en una sola marca, conocer a detalle los productos que vendes, saber que siempre hay necesidades en las personas que puedes cubrir con lo que les ofreces”, comenta María Eugenia.

Uno de los momentos más difíciles en su etapa como representante de venta directa fue la pandemia. Reconoce que al inicio el miedo la hizo bloquearse, luego se dio cuenta que debía seguir adelante, vio una oportunidad en las redes sociales para promocionar los productos Avon entre sus contactos, hizo combos a los que les tomó fotos y los subía a Facebook, para esto el trabajo en equipo con su esposo fue clave, ya que él fue el encargado de entregar por todo Quito los pedidos que vendía a través de las redes sociales. Entendió que en las crisis también hay oportunidades, el uso constante de alcohol o gel en las manos para prevenir el virus reseca la piel, por eso la crema hidratante es un éxito tanto en mujeres, como hombres.

Al terminar nuestra charla manifestó que nada de esto hubiera sido posible si detrás de ella no estuviera una empresa como Avon, que confió en su trabajo y que incluso la impulsó a colocar una isla de productos en un importante centro comercial del sur de Quito. Le preguntamos sobre qué opina su esposo ahora y nos dice, entre risas, que es su fan más fiel.

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