Daule, marzo 2022.- Con una solemne eucaristía que se celebrará el jueves 31 de marzo del presente año, en la Catedral Señor de los Milagros, se realizará la lectura de la Constitución de la nueva Diócesis de Daule y la Toma de Posesión de Mons. Luis Gerardo Cabrera Herrera, OFM, como Administrador Apostólico, nombrado por Su Santidad el Papa Francisco.
La Eucaristía que se realizará a las 11h00 será presidida por el nombrado Administrador Apostólico Mons. Luis Gerardo Cabrera Herrera, OFM, a quien acompañarán como concelebrantes S.E. Mons. Andrés Carrascosa Coso, Nuncio Apostólico en el Ecuador, los Obispos del país y los sacerdotes que atienden las veintiséis parroquias y los dos Santuarios que integran la naciente diócesis. También estará presente el Dr. Wilson Cañizares, alcalde de Daule, quien ha manifestado su beneplácito con esta distinción para su ciudad por parte del Santo Padre.
Las parroquias que conforman la actual diócesis pertenecían a la Vicaría Daule – Balzar, de la Arquidiócesis de Guayaquil. La ciudad de Daule, tradicionalmente conocida como Santa Clara de Daule, gracias a su historia, tradición y raigambre de religiosidad popular, es el centro de la vida espiritual de los habitantes de esta zona del Guayas y ahora se constituye en la sede de la nueva diócesis. Como elemento característico de la misma destaca su profunda religiosidad popular, manifestada en la antiquísima devoción al Cristo Negro del Señor de los Milagros y a Santa Narcisa de Jesús Morán Martillo, nacida en estas tierras, y, a cuya intercesión se encomienda siempre nuestro pueblo.
A nivel civil, se trata también de un acontecimiento de gran connotación, no solo para Daule, sino para los 12 cantones que conforman esta jurisdicción eclesiástica, y que, a partir de esta fecha, tendrán un gobierno eclesiástico autónomo.
Esta ceremonia marca el inicio de la vida eclesial e institucional de esta porción de la Iglesia católica en el Ecuador y trae consigo un cúmulo de esperanzas, pues se convierte en una oportunidad única de afianzar el caminar de nuestros pueblos hacia un verdadero encuentro con Jesucristo, que les permita superar los grandes problemas sociales que hoy les afectan.
