• Una mala alimentación provoca acumulación de grasa corporal y esto puede derivar en problemas de sobrepeso y obesidad.

Si existiera un mantra para quienes desean bajar de peso o mantenerse en forma, sería el siguiente: las dietas milagrosas no existen. Eso lo confirma el gastroenterólogo José Guzman, líder del programa vivir saludable, programa cuyo objetivo es la pérdida de peso del paciente a través de diferentes métodos terapéuticos.

El especialista explica que los regímenes alimenticios en los que se limita drásticamente la ingesta de calorías, con poca ingestión de alimentos, son difíciles de mantener en el tiempo y pueden conllevar acentuar los desórdenes alimentarios. En este contexto se advierte que las ‘recetas mágicas’ funcionan unos días o meses, pero luego se presenta el efecto rebote con la re-ganancia rápida del peso perdido.

Para evitar cuadros de sobrepeso u obesidad, lo más recomendable es consultar con un especialista y establecer una dieta individualizada, que se ajuste a las necesidades de cada paciente, teniendo en cuenta peso, talla, circunferencia abdominal, riesgo cardiovascular, enfermedades con las que se cursa, etc, así como también la capacidad de la persona de poder cumplir con las necesidades nutricionales. 

En este punto, el especialista aclara que el sobrepeso y la obesidad son una enfermedad y por ende debe recibir tratamiento, el cual debe implicar cambiar alimentos, establecer hábitos saludables como planificar unas cinco comidas al día, evitar las picadas o los antojitos entre comidas, masticar lentamente y comer sin distracciones. Este hábito evita el ayuno prolongado y la sensación de vacío en el estómago o “hambre todo el tiempo”.

Algo a lo que también habrá que acostumbrarse es a evitar las grasas y azúcares. Sí, es una especie de divorcio con los postres, la comida chatarra, los pasabocas y las bebidas azucaradas, pero la recompensa viene en forma de tentempiés saludables, lácteos descremados, pescado o carnes magras preparadas a la plancha, al horno, en papillote, al vapor, hervidas o cocidas.

Otras recomendaciones infaltables tienen que ver con el consumo de agua diario, cenas más ligeras, mejorar la actividad física y ponerse en manos de un buen grupo especialistas, para el manejo multidisciplinario de esta enfermedad.

¿Por qué mantenerse en forma?

Dejando de lado el tema estético, el doctor Guzmán sostiene que una dieta equilibrada y actividad física rutinaria ayuda a evitar los problemas de salud relacionados con el sobrepeso y la obesidad.

Aunque no hay cifras actualizadas sobre esta problemática, explica que en el registro de la encuesta nacional de salud y nutrición se advierte que hay una prevalencia de 62,8% de sobrepeso y obesidad. Agrega que la Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus últimas cifras oficiales de 2016 puntualizo que más de 1.900 millones de adultos en el mundo tenían sobrepeso y de estos más de 650 millones eran obesos.

El sobrepeso, se trata de personas que registran una acumulación de grasa en una proporción menor pero que igual debe ser controlada; cuando no hay control se llega a un almacenamiento excesivo y anormal y se define como obesidad, que es perjudicial para la salud. La obesidad se asocia al aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, digestivas, respiratorias, diabetes tipo II, artrosis, cáncer, entre otras.

“Desde el punto de vista médico clasificamos a los pacientes de acuerdo con su índice de masa corporal, un resultado que se obtiene a través de una fórmula que nos relaciona peso y talla del individuo; permitiendo así decir que todos los que estén entre 25-29.9 kg/m² están con sobrepeso y los mayores a 30 con obesidad”, explica el médico.

La principal causa de la Obesidad es el trastorno alimentario, caracterizado por un desequilibrio entre calorías ingeridas y calorías gastadas; sin embargo, no podemos dejar de lado el sedentarismo, trastornos conductuales e incluso los factores ambientales, que básicamente le instan a desarrollar malos hábitos nutricionales y de comportamiento, lo cual conlleva ineludiblemente al aumento de calorías ingeridas y finalmente a la obesidad.

Para el gastroenterólogo la concientización es la clave en esta enfermedad, además de los cambios en los hábitos de alimentación y en el estilo de vida, se debe concientizar al paciente enfermo que muchas veces no reconoce la obesidad como una enfermedad; se deben implementar campañas que involucren la esfera gubernamental a través de la creación de políticas públicas y trabajar de la mano de empresas privadas para direccionar modelos de prevención masivos. “Se deben aplicar modelos que permitan exonerar de impuestos a productos libres de azúcar, fomentar la creación de zonas verdes y espacios de esparcimiento para actividad física, motivar el esfuerzo de empresas privadas con personal de salud en campañas preventivas”. Para el especialista Guzmán, estos y otros factores deben apuntar a fomentar la buena alimentación, la actividad física y al tratamiento oportuno que va desde el uso de medicamentos aprobados para esta enfermedad hasta procedimientos endoscópicos o quirúrgicos que permitan lograr el objetivo, una vida saludable.  

Cifras

• La Encuesta a Nacional de Nutrición y Salud del 2012 estableció que 62,8% de la población padecía de obesidad.

• Los problemas de obesidad se reportan incluso en niños de 5 años.

• OMS obesidad y Sobrepeso – junio 2021